Si lo haces sobre piedras, necesitarás 24 de forma y tamaño similar. Es aconsejable que sean de forma redonda u ovalada, de entre 1,5 y 3 cm de alto y de ancho, y no muy gordas (aproximadamente 0,5 cm). Si lo haces sobre madera, necesitarás 24 “rodajas” (puedes coger una rama y, con una sierra, cortar esas 24 rodajas), de la misma forma y tamaño descrito para las de piedras. Si no tienes la posibilidad de conseguir unas piedras o madera, en los chinos venden unas bolsitas de guijarros y piedras, que suele usarse para decoración en jardinería, y pueden servir; también a veces tienen unas piedrecitas, simulando piedras semipreciosas, que también pueden valer.
Una vez las tengas, te aconsejo lavarlas con agua y jabón (para quitarles el barro, polvo o cualquier suciedad que puedan tener). Cuando ya estén secas, les das una capa con un barniz transparente (brillante o mate, a tu elección; en papelerías o en los chinos podréis encontrar) y dejas secar. El siguiente paso es pintar sobre una de sus caras las runas (tienes al final del texto una imagen con las 24 runas), del color que quieras, aunque recomiendo negro, azul o rojo (colores muy presentes en la cosmología nórdica; yo tengo unas runas de piedra pintadas en negro, y unas de madera en rojo), y las dejas secar. Por último, le das otra capa de barniz para que no se caiga la pintura, dejas secar, y listas.
También necesitarás una bolsita donde estarán las runas, tanto cuando no las uses como cuando vayas a usarlas, porque para leer las runas hay que extraerlas de dicha bolsita, ya que si no podrías ver cual es antes de “elegirla”.