A veces sentimos que nuestro mundo se derrumba. A veces sentimos que no sabemos quién somos ni a dónde vamos. La Torre simboliza la seguridad del hogar, convertido en una fortaleza. Pero en la imagen, podemos ver la Torre en llamas y a sus inquilinos (nuestra forma de ser y de ver la vida) intentando salvarse de las llamas sin saber si el destino que les espera será mejor o peor. Cuando nos acechan las llamas de la Torre, hemos de esperar una transformación a nivel interno, de nuestro subconsciente hacia fuera. De nuestros sentimientos más queridos hacia fuera. De nuestros pensamientos más valorados hacia fuera. Nuestros valores quedan obsoletos y hay que cambiarlos. Y este cambio merece una lucha. Vale la pena luchar, porque esta lucha implica cambiar para mejor.
Namasté.