Colores de madera sobre papel, dibujo cedido por ViC |
Muchas mujeres sabemos qué significa tener una menstruación dolorosa. Al principio a mí no me dolía. Y continúe así hasta los 20 años aproximadamente. Mis amigas hablaban de dolor, manchas, mareos, vómitos y otras historias horribles. Yo imaginaba ser una privilegiada. Pero entonces me empezó a doler. Empecé a tener antojos esos días y no precisamente chocolate... Alimentos que normalmente no como, no por nada, porque me gustan pero no me emocionan... Recuerdo un día que todo me daba asco hasta que vi el bote de mayonesa. Lo cogí y me unté pan con mayonesa y queso. Y mi familia alucinando estaba...
Entonces fue cuando se puso de moda el ibuprofeno. Me tomaba uno cada ocho horas, como un reloj. Era lo único que me calmaba. Iba bien, pero pasado el tiempo me di cuenta que eso no era vida. Descubrí las piedras y tenía una piedra lunar que colocaba en la cadera y me calmaba el dolor hasta que la pobre piedra se me partió en dos. En esa época me operaron las cuatro muelas del juicio y entonces supe lo que es el dolor. Un post operatorio horrible, los calmantes apenas me hacían nada y, claro, también tomaba ibuprofeno... Cuando todo acabó me había debilitado mucho. Nunca he sido atlética ni deportista, pero me sentía bien. Tras la operación, me faltaba el aire de cansancio en la ducha, era como si hubiera envejecido 30 años de golpe. Y entonces empecé a hacer yoga. En casa, pues en mi zona no daban clases. Cada vez me sentía mejor. Era más fuerte, más flexible y aunque no perdí peso lo parecía. Y, entonces, sucedió un milagro... Las menstruaciones dejaron de doler. Fue mágico.
Colores de madera sobre papel, dibujo cedido por Vic |
Supongo que el yoga me ayudó a recolocar (o algo así) huesos, órganos, musculatura o lo que fuera. Eso a nivel físico, claro... A nivel energético supongo que mejoraría el funcionamiento de mi primer y segundo chakras haciendo que mi cuerpo físico y energético funcionaran mejor juntos. No lo sé, sólo sé que mi vida mejoró considerablemente. Hace tiempo me mudé y dejé el yoga. Y mi menstruación volvió a doler. Estoy poco a poco retomando hábitos yóguicos, pero mientras tanto me niego a tomar nada para el dolor. Anoche me dolía tanto que pensé que no me podría dormir... Entonces hice una relajación profunda y el dolor acabó desapareciendo.
Creo firmemente que dentro de nosotras y nosotros está el poder para sanar. Todo depende de nuestra actitud frente al dolor. Si piensas oh que horror ya vuelvo a sangrar y me dolerá y no puedo hacer nada más que lloriquear, eso es lo que pasará. Tienes que ser fuerte, valiente y consciente. Sobretodo consciente. Y saber que puedes cambiar pautas, pensamientos, hábitos para mejorar tu salud y tu vida. Cuando menstruas no enfermas, es todo lo contrario, significa que tu cuerpo funciona bien. (Otra cosa es que tengas endometriosis u otra enfermedad en tu aparato reproductor). Pero, ¿a qué no te duelen los ojos cuando miras? ¿verdad qué no te duele la nariz cuando respiras? Es ahí donde quiero llegar.
Hay muchos blogs de menstruación consciente y en todos hablan de que hemos olvidado las mujeres de cuidar y respetar nuestros ciclos y órganos exclusivamente femeninos y con ellos nuestra femineidad y creatividad. Es la hora de ser responsables de nosotras mismas y de nuestro futuro como mujeres.
¿Tienes menstruaciones dolorosas? ¿Tú qué haces para no tener dolor? ¿Qué piensas sobre la menstruación consciente?