Cuando conozco a alguien nuevo y le explico que sólo hago consultas de Tarot a distancia, me preguntan ¿y eso funciona? ¿cómo eres capaz de conectar con la otra persona? ¿no sería más fácil hacerlo cara a cara como toda la vida?
Y es que, a mí, nunca me ha gustado hacer las cosas como a lxs demás. Supongo que es mi rebelde ascendente Acuario, que se excita al estar en contra del orden establecido (y poniendo de los nervios a mi Sol en Capricornio…).
El Tarot a distancia funciona si la (o el) tarotista es capaz de conectar con la otra persona. No te voy a mentir, no es fácil. Y supongo que habrá gente a la que le resulte más fácil conectar que a otra. Yo tengo momentos en los que la conexión es instantánea y otros en los que me cuesta más. Es por eso por lo que me costó tanto decidirme a cobrar las consultas, porque no quería estar en un punto en que me hubieran pagado por algo que no sabría en qué momento podría hacer. Porque me gusta hacer las consultas cuando conecto (porque creo que conecta mi alma con tu alma y de ahí me viene la información y entonces hago una tirada maravillosa y útil) y no siempre conecto cuando me apetece.
También es por eso por lo que si te decides a pedirme una consulta verás que antes de darte mis datos de paypal te explico si estoy en un buen momento (es increíble lo que me afecta el ciclo menstrual a la intuición, increíble y bello) o si es preferible esperar e intento orientarte para ver qué tipo de tirada es mejor para lo que necesitas saber y si yo soy la persona más adecuada para hacerte la consulta. Muchxs pensaréis que doy demasiados rodeos y que debería ser más materialista y simplemente ofrecer un servicio y hacerlo, pero yo no soy así, yo necesito saber que estoy haciendo las cosas lo mejor posible tanto para ti como para mí.
Por último, para mí es más fácil hacerlo por escrito sin estar cara a cara, porque aunque cuando era pequeña, hablaba por los codos y era una niña feliz y parlanchina que devoraba cualquier libro que me pusieran por delante, en la adolescencia cambié, me volví más callada. Empecé a escuchar más a lxs demás y, aunque jamás dejé de leer, empecé a desarrollar la escritura, mi forma de escribir. Supongo que me estaba preparando para ser quien soy ahora, y que ahora me preparo a cómo seré mañana. Con esto quiero explicar que, para mí, ahora mismo me resulta mucho más fácil explicarte algo por escrito que a viva voz. Al escribir me da tiempo a plasmar todas las palabras que me llegan cuando realizo una consulta, si tuviera que decirlas hablando, no me daría tiempo.
También es verdad que, cuando ofrezco una consulta por escrito, me estoy asegurando de que quedará constancia del trabajo realizado (para mal o para bien) y que si te apetece volver a leer la consulta más adelante serás capaz de hacerlo. Te sorprendería saber la cantidad de veces que he releído una tirada antigua (tras dos, tres o más años) y he visto que había cosas que se acababan de cumplir. En esta vida que hemos elegido vivir, es sorprendente lo relativo que se torna el tiempo cuanto a tiempo de predicción se trata.
Y, nada, sonrío al recordar que una amiga hace poco me dijo que cuando nos conocimos y le eché las cartas le dije que tenía el amor a la vuelta de la esquina y, poco después, empezó a salir con su actual marido.
Namasté.