Cuando la Rueda gira tan rápido que apenas tienes tiempo de pararte a revisar tus pensamientos, tomas decisiones sobre la marcha, decisiones que posiblemente afectarán el resto de tu vida. La Torre te arranca desde tus cimientos, te saca las raíces de la tierra y te sacude bruscamente para que cambies desde lo más profundo de tu ser. Entonces aparece la Muerte y cambias, te renuevas y descubres que todo lo acontecido en el pasado era simplemente una preparación para lo que vas a ser a partir de ahora.
Tal vez entre el Loco en escena, si no tienes las ideas demasiado claras o si esperas que la intuición y la inspiración te guíen o tal vez si necesitas un paréntesis, un tiempo de relajación tras las tormentas internas que has vivido. El día se sucede a la noche, el Sol se sucede a la Luna, día tras día, la luz y la oscuridad. A veces hay momentos en que te comerías el mundo y en otras ocasiones sólo ves lo que quieres ver y las dudas (asociadas al Diablo) asoman a tu mente. Pero siempre tus deseos son puros, el deseo de encontrar lo mejor para ti y para lxs que te rodean, el deseo que le pides a una Estrella fugaz…
Y, poco a poco, el Loco se transforma para dejar paso al Mago: más decidido, más dispuesto a dar los pasos que debes dar tras un necesario descanso. Tal vez montado en el Carro, dispuesto a vivir aventuras y nuevas experiencias. Cuando el Mago flaquea, piensa en qué haría su padre, el Emperador y cómo le consolaría su madre, la Emperatriz, como sólo una madre es capaz de hacer. Además el camino de la vida tiene sus altibajos y es por eso que has de confiar tanto en tus conocimientos formales, en lo que el Sacerdote te enseña; como en tu intuición y capacidades innatas, lo que la Sacerdotisa te inculca.
En ti está la Fuerza, el valor, la osadía, la capacidad para mover el Mundo, la capacidad para conseguir todo lo que te propongas. En ti está la capacidad de meditar cuidadosamente todas y cada una de las opciones, como el Ermitaño y la capacidad de sacrificio del Colgado para comprender que si hay algo que todavía no es, puedes relajarte y esperar para que cuando llegue su momento lo sea, con el equilibrio que confiere la carta de la Justicia. Ser paciente es una virtud que posees, al igual que la Templanza, y ser paciente es lo que hace que, llegado el momento, te enamores y junto con la persona adecuada os convirtáis en Amantes.
Al final, lo más importante de todo es ser feliz y estar en comunión con lo más sagrado, que es lo que nos enseña la carta del Juicio, a conectar con nuestro espíritu más elevado y con nuestras creencias más puras.
Namasté.